lunes, 15 de octubre de 2007

Innovar siendo PYME

Hasta ahora la pequeñas y medianas empresas no se habían lanzado a la innovación por las connotaciones que la palabra, durante mucho tiempo, ha tenido: tecnología punta, gran empresa, grandes inversiones, investigación... la realidad actual es diferente y mucho más accesible al tejido empresarial de las PYMES, sean industriales o de servicios.

Mi objetivo es poder compartir algunas reflexiones sobre cómo las pymes pueden enfrentarse con éxito al proceso interno que representa la innovación, aspecto que se está convirtiendo con el paso del tiempo en imprescindible para le crecimiento y a veces la perdurabilidad de la empresa a largo plazo.

Desde la oportunidad que nos ha brindado el programa de Análisis Individualizados de la Agencia Navarra de Innovación hemos podido comprobar como muchas pymes se han ido acercando al mundo de la innovación. Recomiendo al lector ojear el número 29 de la revista “innovamos!” para ver 37 casos de innovación que muchos empresarios podrán encontrar cercanos. Al igual que ha ido pasando con otros temas como la calidad, y pasará con otros como la Responsabilidad Social, con la innovación se ha producido un proceso de acercamiento a la realidad de la pequeña y mediana empresa, con apoyos de la administración, pero fundamentalmente provocado por la propia dinámica de los mercados, cada vez más competitivos, donde se va haciendo cierta la máxima de “renovarse o morir”. La realidad es tozuda y va forzando a las empresas que quieren mantenerse en el mercado a mejorar constantemente en la calidad de los productos y servicios que ofrecen y a la par innovar sobre los mismos o lanzarse a nuevos segmentos de actividad o mercado.

Desde el punto de vista del apoyo externo a la innovación las cosas han cambiado a mejor en los últimos años y, por lo que parece, van a seguir en esta senda. La administración tanto foral como estatal y europea están haciendo un esfuerzo por apoyar a las empresas que quieren comenzar de forma seria el proceso de innovar. Apoyo que se traduce en ayudas directas a los proyectos pero también en apoyos indirectos a través de los centros tecnológicos o la voluntad, todavía poco materializada, del acercamiento del mundo investigador de las universidades al mundo de la empresa. Esta parte es un buen acicate para animar a las pymes a comenzar a andar por una senda de largo recorrido.

Nuestra reflexión se centra más en los aspectos internos de la empresa que son necesarios de cara a asegurar el éxito en un proceso nuevo o poco estructurado y que en algunas facetas es similar a lo que en consultoría llamamos la “gestión del cambio” en la organización. Una empresa que se acerca a la innovación o quiere comenzar a gestionarla de una forma que pueda sacarle más rendimiento, ha de ser consciente de que, como cualquier cambio, tiene factores internos que lo van a facilitar o dificultar.

Existen múltiples aspectos ligados con tiempos de maduración de productos, mínimos de rentabilidad esperados en las inversiones, barreras de entrada sectoriales, por citar algunos, que varían de una a empresa a otra o de un sector a otro y en los que no nos vamos a detener. Queremos revelar al menos 2 factores que nos parecen importantes a tener en cuanta por la empresa y que, en nuestra experiencia, hemos encontrado repetidamente:

1) La cultura empresarial a de fomentar (o como mínimo tolerar) la innovación. Parece de perogrullo, pero la innovación en muchos casos conlleva elementos que no están incorporados en la cultura de la empresa y representan un freno importante para el éxito. Citaremos algunos sin interés de ser exhaustivos.

La creatividad juega un papel importante a la hora de innovar. Una cultura empresarial que no tolera la creatividad o que personaliza los errores sin verlos como oportunidad de mejora limitará mucho el que las personas de la organización se arriesguen en nuevas ideas.

La disciplina, entendida en el sentido que Jim Collins cita en su libro “Empresas que sobresalen” como la seguridad de que las cosas se harán como está previsto por la propia responsabilidad disciplinada, sin necesidad de seguimientos excesivos o autoritarios, sino facilitados por la dinámica misma de la empresa. Esto ayuda a asegurar que los procesos de innovación sean más efectivos ya que es necesaria la imaginación pero sobretodo la constancia “disciplinad” en mantener los niveles de energía y esfuerzo de la organización para llevarlos adelante.

No en todos los sectores, pero en algunos puede ser crítica, la confidencialidad. Otro especto importante si realmente se espera obtener ventajas competitivas frente a empresas del entorno y que debe mantenerse aun incluso después de conseguir una patente, pensando en temas industriales o de ingeniería.

2) Los recursos que se estén dispuestos a incorporar, tanto materiales y económicos como humanos. La experiencia nos demuestra que muchos proyectos avanzan por las personas que están al frente de los mismos. Esto no reduce la importancia del impulso desde la dirección o del propio empresario, que también es imprescindible, pero hace necesario que se piense bien en quién va a liderar el proyecto en el día a día. No hay recetas mágicas, por lo que es necesario dedicar un momento a pensarlo para que el efecto sea el deseado. Normalmente el proyecto lo puede gestionar un equipo por lo que puede dar juego a varias personas, asignando roles diferentes e involucrando a las piezas clave de la empresa. Una tendencia es asignar el liderzazo al “puesto” que parece organizativamente encajar, ya que al ser un aspecto novedoso no se ha asignado formalmente todavía. Es mejor en estos casos no dejarse llevar por lo que parece evidente y dedicar a las mejores personas a los mejores proyectos. Si se introduce en la innovación tiene considerarlo como uno de los mejores proyectos. En una pyme donde los recursos se manejan con cuentagotas este aspecto puede convertirse en crítico.

La experiencia demuestra que comenzar en le proceso de la innovación siendo una pyme no sólo es posible sino que es necesario y pronto imprescindible. Además ahora es un buen momento para hacerlo. Anímese y busque el apoyo que necesite dentro y fuera de su empresa y no se olvide de dedicar un tiempo a pensar en lo que le hemos expuesto. Estamos seguros que será tiempo productivo.

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